SI YA TE DECIDISTE A CONCURSAR EN DISEÑO: ¡Asegúrate de no perder!
Por Rafael Treviño
Director General de TD2
No importa si eres un freelance o un despacho. Si tienes experiencia o
no. Si has ganado premios, si tratas de ofrecer un precio justo o si de verdad
das el 110% de tí, el asunto de los concursos está cobrando una importancia
mayor y si no actuamos en consecuencia, todos vamos a perder.
Cada
vez es más común esta práctica: Las
empresas buscan como bajar sus costos y
han encontrado en los “diseñadores” a un grupo que está tan necesitado
de tener trabajo, que están dispuestos a realizar proyectos por nada, o por muy
poco.
Esta
forma de trabajo nos hace daño como gremio a todos los diseñadores, ya que
somos nosotros los que declaramos estar dispuestos a trabajar por nada en la parte
del proceso de negocios donde se gestan ideas y soluciones que generan valor a
las empresas.
Los
concursos no pagados son una trampa para todos. Aunque los clientes no lo
quieran ver, y los encargados de compras
se sientan muy inteligentes y astutos, los concursos no pagados difícilmente
sacarán lo mejor de los concursantes. Free lances, pequeñas o grandes empresas
no pueden dedicar el tiempo, la concentración y recursos necesarios a 5
proyectos para ver si ganan sólo 1 y que además ese 1 se los mal paguen. De una
u otra manera, el diseñador raciona sus recursos para lograr una combinación
que le permita seguir afrontando sus compromisos financieros.
Sin
embargo, el verdadero diseño es un proceso que requiere recopilar información,
analizarla, incubar ideas, procesarlas, visualizarlas y evaluarlas para luego
presentar, obtener retroalimentación creativa del cliente, volver a trabajar,
encontrar soluciones conceptuales y ejecucionales, adaptarse a condiciones
específicas sin perder calidad, además de llevar a cabo todo con el cuidado y
conocimiento técnico necesario. Todo esto requiere que las personas en el
equipo puedan dedicar tiempo y enfoque al proyecto, sin preocuparse por
aspectos administrativos o demasiados pendientes simultáneamente.
Por
supuesto que lo anterior es el ideal y los resultados son evidentes cuando un
proyecto logra recorrer todo el camino.
Pero
la realidad de los concursos actuales es completamente distinta. Muchos de los
pasos necesarios para obtener resultados verdaderamente significativos son
eliminados o abortados prematuramente, porque es la única manera de
financiarlos.
Casi
siempre, son estas primeras ideas las que se llevan a evaluaciones
cualitativas, cuando en realidad son bebes cuatrimesinos.
Oportunidades
de crear comunicación que verdaderamente haga una diferencia, se pierden por
miedo del cliente y miedo del diseñador.
El
cliente obtiene trabajo superficial y mediocre, aunque muy barato. El diseño
como actividad, no alcanza su verdadero potencial de desempeño y genera una
reputación de ser poco profesional e incapaz de crear valor. El diseñador pierde la oportunidad de hacer
un trabajo que lo haga crecer y empieza a creer que hacer cualquier cosa rápido
y obtener la aprobación del cliente es el fin de su trabajo. La marca no
alcanza sus objetivos. Todos perdemos.
¿No
deberíamos apostar por ganar en vez de
apostar por no perder?
¿Has pensado que en un concurso…?
•
Tu trabajo, aunque no resulte ganador, es igual de valioso como punto de
referencia para elegir al ganador.
•
Casi siempre, elementos de los que no ganan, son integrados a un diseño elegido
y el cliente se siente con el derecho de utilizar las ideas como mejor le
convenga. En realidad los participantes le dieron ese derecho de manera tácita
y no hay forma de que reclames.
•
El trabajo de todos los concursantes les da una visión más clara de las
oportunidades de comunicación a los que lo organizaron y eso, tiene un valor.
•
En realidad muchos clientes saben esto y por eso hacen concursos. Los clientes, también tienen que responder a
sus jefes y buscan la forma de hacerlo. En la mayoría de los casos no tienen
una preparación profesional para hacer procesos creativos, pero si se han dado
cuenta de que pueden convencer fácilmente a los creativos de que trabajen por
menos de lo que vale su tiempo y talento. No tiene la culpa el indio…!
.
¿Te das cuenta que…?
•
Tu estas invirtiendo tiempo, recursos, experiencia laboral y la preparación que
cultivaste durante varios años en la Universidad, así como tu talento y compromiso profesional
para ofrecerle a un cliente lo mejor de tu trabajo .
•
Eso tiene valor y deberías reconocértelo. Tu trabajo, al igual que el de tu
cliente, merece ser respetado. Y sólo tu puedes exigir que se respete.
•
Tu, aspiras a ser o te consideras un profesional. Y si vas a poner talento y
preparación para contribuir al negocio de una empresa, debes reconocer que tu
trabajo vale. Tu trabajo contribuye al ingreso de esa empresa, aunque tu diseño
no sea el elegido.
•
Si no empiezas por reconocerlo tu, nadie lo hará por ti y mientras lo permitas,
habrá muchas personas que se beneficiarán con tu trabajo, sin pagarte, porque
tu así lo has querido.
•
En realidad todo esto tiene que ver con el respeto que debemos tener por
nuestro trabajo. El que lo disfrutemos, o tengamos un talento natural, no
significa que no valga.
Entiendo
perfectamente que da miedo decir que NO a un concurso, o acotar sus
características.
En
mi experiencia de 25 años en el mundo del diseño, han sido muy pocos los
concursos donde las cosas se han llevado de manera justa, profesional y
constructiva. En la mayoría de los casos, no por que haya mala intención, sino
por el enorme desconocimiento de los procesos creativos que tienen los clientes
que compran diseño.
Es nuestra responsabilidad enseñar
a los clientes sobre el proceso de diseño y respetar nuestro trabajo, exigiendo
una paga justa.
Por
supuesto que hay gente a quien le ha ido bien en concursos. Si embargo, no deja
de ser injusto que haya gente que trabaje y no gane nada, como un “modelo
aceptado” de trabajo de parte de las empresas.
Por
otro lado, hay muchísimas razones ajenas al trabajo de los concursantes que
forman parte de una decisión, que la mayoría de las veces no te son comunicadas
y que afectan de manera más directa a la decisión final: Otros proyectos por
salir, políticas, falta de presupuesto, fechas que entran en conflicto,
proyectos que tienen prioridad, tendencias del mercado.
En
la mayoría de las ocasiones, los que organizan el concurso, son mandos medios.
Pero los que evalúan y toman la decisión final son otras personas que a veces
ni siquiera saben que están evaluando un concurso y no es su trabajo atender
las condiciones éticas y los compromisos adquiridos con los concursantes.
En
cambio, tu como diseñador asumes que si trabajas bien y llegas a una gran
ejecución, en automático el proyecto llegará al mercado.
Pues
te tengo noticias. Eso no es cierto. Muchas veces y a pesar de que hayas hecho un trabajo
magnífico, el proyecto no verá la luz y por lo tanto, difícilmente te será
remunerado. Es muy fácil que el cliente simplemente te mande un mail diciendo
que el proyecto no se va hacer, sin pagarte nada, ya que no adquirió ningún
compromiso formal contigo.
Pero
bueno. Seguramente esperas que este concurso se convierta en una oportunidad de
negocio.
Si ya estás en esas, ten en cuenta
las siguientes cosas.
Lo
más probable es que el cliente no te de un documento escrito de las bases del
concurso donde se comprometa.
Tu,
genera el documento, establece en él todo lo que puedas y haz que lo firme
cuando menos de recibido. Envíalo por mail. Documéntalo. Y deja que sepa todas
tus dudas y consideraciones por escrito antes de empezar.
Te
puedo adelantar que es probable que en cuanto tu quieras ponerte serio respecto
a tu trabajo, el cliente se sentirá incomodo, y no querrá firmar o
comprometerse a nada. Eso … ¿te dice algo? Mantente firme y con las antenas
bien paradas para que no vayas a caer en una situación de desventaja.
1.- Anota muy bien qué buscan con
el concurso y cuáles son los entregables.
¿Los
entregables que solicitan son razonables en función del tiempo a realizarlos?
¿O
tienes que detener toda tu operación para poder entregar? ¿Quién va a pagar por
ese tiempo que no es facturable si no ganas? ¿Te parece justo que otro cliente,
que si se comprometió contigo de manera recíproca pague por ello? ¿O que tu
acabes por no poder pagar una deuda o cumplir un compromiso financiero porque
tuviste que trabajar gratis?¿Lo que vas a gastar en el concurso es razonable en
comparación de lo que puedes ganar? ¿Aún te crees eso de que luego habrá mucho
trabajo?
2.- La fecha de entrega y la hora.
Aclara
en la junta, a viva voz y si es posible por escrito, que quienes no entreguen a
tiempo deberían ser descalificados. El cliente no querrá descalificar a nadie
porque quiere ver muchas ideas. Propón mecanismos para que si tu te
comprometes, tu actitud tenga un peso mayor en la decisión que la de alguien
que no llegó a tiempo a la junta o que no entrego a tiempo, o que no entregó lo
solicitado.
3.- ¿Qué va a ganar quien gane el
concurso?
¿Dinero?
¿Cuánto? ¿Te asignaran el proyecto completo? ¿Hubo un acuerdo financiero antes
de que procedieras a trabajar?
Tu
deberías saber cuánto vas a facturar si ganas el concurso. Por lo que antes de
empezar, deberías presentar un presupuesto. Y si el presupuesto es aprobado
para el caso de que ganes, entonces concursas.
¿Por
qué? Porque de otra manera tu te pones en una situación vulnerable. Ya
invertiste dinero, tiempo etc. Ya ganaste. Ya tienen la idea y la tienen
documentada impresa y muchas veces hasta electrónicamente. Ahora pueden pagarte
exactamente lo que quieran, o pueden no pagarte e implementarlo con un tercero.
En
cualquiera de los casos, tu te pusiste en una situación donde no vas a poder
recibir una remuneración acorde a tu talento, preparación esfuerzo o suerte.
Ellos de todos modos obtuvieron mucho trabajo a un costo que es una fracción de
lo que debieron pagar.
Sobra
decir que jamás entregues un archivo en alta, editable o manipulable, hasta que
hayas ganado y facturado.
Si
ya has concursado, sabes que esta situación es real. Y no va a cambiar a menos
que nosotros hagamos que cambie. Agárrate un huevo y respeta tu trabajo.
4.- ¿Qué pasa si deciden que nadie
ganó?
Tienes
que pedir que se establezca de antemano un mecanismo que defina un ganador y
que se cumpla con el compromiso de quien ganó.
Si
nadie ganó y a nadie le van a asignar el proyecto, porque harán otro concurso o
el proyecto ha sido cancelado, establece desde antes qué te van a pagar y
acuerda que cualquiera que sea el desenlace, sí se declare un ganador. No es
justo que declaren desierto y no paguen nada a nadie o paguen una cuota
simbólica. Una vez más, el aprendizaje que ellos obtienen, tiene un valor en
pesos.
5.- ¿Qué pasa si deciden que
varios empataron?
Prácticamente
es imposible un empate total. Si uno de los diseños gana por .01, el cliente
deber respetar su compromiso, aunque estadísticamente no sea definitivo y no
puedan decidir qué diseño utilizar.
Si
deben hacer otra ronda, otro estudio o trabajo adicional, deberá ser claro si
está o no contemplado en el concurso, o si
habrá un premio o bono adicional, por tener que hacer más trabajo o
financiar más tiempo la inversión inicial.
Ya
trabajaste de a gratis.. y además, si quieres tener oportunidad, tienes que
volver a trabajar de a gratis de nuevo? Estás tonto o qué?
6.- ¿Qué pasa si hay trabajo
adicional después de la entrega del concurso?
“Fíjate
que ahora hay que hacer 40 dummies para un estudio y quiero que me los hagas de
otro tamaño y de 3 sabores. Y los necesito para la semana próxima. Y si ganas,
te los pago”.
Una
cosa es el concurso y otra el trabajo adicional. Si te están pidiendo más
trabajo, de ninguna manera aceptes hacerlo gratis. A menos que logres que
durante el tiempo que haces ese proyecto, tus empleados no te cobren, tu casero
no te cobre renta, hacienda no te cobre impuestos, no pagues luz ni teléfono, y
tu te encuentres una billetera llena de dinero en la calle, no veo una razón
para que regales tu trabajo, tiempo, dinero y esfuerzo. ¿Tu cliente te ofreció
un café durante la junta?
7.- Así como el cliente te exige
una fecha y una hora para la entrega, él también debe
comprometerse con una fecha y una hora para declarar el ganador y cumplir con
lo que le prometió. Eso es independientemente a que él decida someter tu diseño
a procesos posteriores.
Si
tu dejas pasar el tiempo para que el cliente realice otros procesos, tu
inversión en ese concurso se diluye, además de que abres la posibilidad de que
entren en juego otras variables no contempladas en el brief inicial, que te
dejen fuera.
8.- Que no te salgan con que
después de la fecha del concurso le dieron oportunidad a otro
concursante, o que alguien entrego después, o que alguien no llegó a tiempo.
El
tema es reciprocidad. El cliente espera tu compromiso. Tu vas a trabajar
confiando en su buena fe. El también debe comprometerse.
Este
tema es delicado.
¿Recuerdas que al iniciar la junta
del concurso, te pidieron que firmaras un contrato de confidencialidad..?
De
la misma forma, antes de entregar tus propuestas, pide que te firmen un
documento donde especifiques que estas entregando un número “x” de diseños como
parte de un concurso al que fuiste invitado a participar por “x persona”, con
fecha y hora de entrega, donde digas qué te pidieron y bajo qué lineamientos.
Qué ofrecieron al ganador y a los otros participantes. En qué fecha y hora van
a declarar el ganador. Y que mencione de manera precisa que si las condiciones
cambian, se pide trabajo adicional, se alarga el tiempo de decisión, o
cualquier otra circunstancia no contemplada, entonces tendrá un cargo “x”.
Incluye
en el documento imágenes pequeñas de tus alternativas y haz que firmen cada
hoja de recibido.
No
olvides incluir que si no ganas el concurso y te pagan lo ofrecido, las
imágenes que creaste, aunque tengan su marca en ellas, son de tu propiedad
intelectual y no pueden utilizarlas, aunque tu tampoco puedas usarlas con su
marca. Asimismo, aunque ganes, todas las otras opciones que hayas presentado,
son tuyas, a menos que también te las paguen, o que lleguen a un acuerdo
diferente.
Si tu no empiezas a tomarte en
serio, nadie lo hará.
Los
diseñadores damos cosas muy valiosas a las empresas. Pero disfrutamos tanto
nuestro trabajo que estamos dispuestos a hacerlo aunque no nos lo retribuyan de
manera justa.
Tu
trabajo es tan respetable y valioso como el de la agencia de investigación, el
fotógrafo, la modelo o el cliente. Cada uno de ellos si han sabido hacerse
respetar y cobrar lo justo. Haz que te tomen en serio.
Las
empresas ganan con tu trabajo. Poco o mucho, pero ganan.
En
el momento en que permitimos que nos traten como sub profesionales, nos estamos
convirtiendo en una sub profesión.
Nadie
cree que cualquiera que tenga una PC pueda escribir una novela.
¿Cualquiera
con una Mac es un diseñador?
Cuando
tengas hijos y necesiten un seguro de gastos médicos, una buena educación o
unas vacaciones decentes, tu vocación de diseñador no va a pagar por ello. Va a
pagar si y sólo si empiezas desde hoy a respetar y hacer respetar tu trabajo.
¿Es
difícil? Si.
¿Cuesta
un huevo decir que no? SI.
Pero
si no lo hacemos, en unos años (pocos) vamos a tener que vivir de otra cosa.
Reflexiona
sobre este tema. Si te interesa dale este texto a cuantos diseñadores puedas.
Si das clases, compártelo con tus alumnos, y si te atreves, también con tus
clientes.
Yo
amo diseñar. Pero cada vez más debo pelear más para que me paguen lo justo. Si
tu amas diseñar, contribuye a que respeten nuestro trabajo.